Al más puro estilo de Minority Report una nueva campaña llamada The Plan se suma al carro de las nuevas tecnologías en la publicidad.
Se trata de un moppy interactivo situado en una parada de autobús en Londres. La peculiaridad de este soporte es que reconoce el sexo del viandante que se quede mirando a la pantalla con un 90 % de acierto. Pero ¿cómo es posible? Usando cámaras de alta definición para tomar fotos de las personas que se ponen frente a éste; posteriormente un programa de computador mide la distancia entre sus rasgos, así como el largo e la nariz o el ancho de los ojos.
Una vez realizado esto comienza el video personalizado según el sexo de espectador. Las mujeres son sorprendidas con un video de 40 segundos que explica la situación de las mujeres y las niñas en los países pobres, a quienes les niegan la educación y las oportunidades que los hombres sí pueden tener.
Por otro lado si el sexo es masculino, la pantalla se activa con una video más reducido compuesto por estadísticas impactantes de la educación de las niñas en estos países empobrecidos. Por ejemplo que a 75 millones de niñas se les niega la educación.
Ahora bien, está bastante claro que todo lo que sea concienciar a la sociedad de una mejora de las condiciones de la misma y un proyecto por eliminar la desigualdad entre hombres y mujeres es un acierto asegurado. Pero ahora pensemos, recibimos más de 3000 impactos publicitarios diarios, de los cuales ni a un 20% les prestamos atención; la publicidad se mete en nuestros caminos mediante la publicidad exterior, en nuestro coche o medio de transporte con la radio, en nuestra casa con la televisión o el ordenador… No nos imaginamos una vida sin publicidad porque en muchos sentidos forma parte de la nuestra y en muchas ocasiones nos hace la vida más fácil pero ¿estamos abriendo puertas hacia una invasión en la intimidad de las personas? Según cuenta Naomi William, directora de la campaña: “No recopilamos datos y no almacenamos nada, usamos la tecnología para algo bueno” De esta forma no se disponen los datos de las personas para ningún fin porque simplemente no se guardan en el dispositivo.
La tecnología avanza y como no, la publicidad aprovecha las nuevas herramientas para poder llegar a sus usuarios cada vez con formas más sorprendentes. En mi opinión, la publicidad no puede quedar al margen de estos nuevos formatos y posibilidades que la electrónica o tecnología ponen a nuestro alcance, son herramientas que nos ayudan a estar mas cerca de nuestro cliente potencial, pero eso si, siempre y cuando se haga un uso responsable, sin dejar de lado la ética, en ocasiones, el fin no justifica los medios.