Estos días ha aparecido en la ciudad que albergará los juegos olímpicos 2012, un grafiti de Banksy. Los grafitis del británico de Bristol hacía tiempo que no aparecían en las calles de algún lugar del mundo. Y esta aparición no ha sido fortuita.
Todos sabemos que su obra gira siempre en torno a una crítica social, política, cultural, de moralidad y de etnias. Y en esta ocación su punto de mira se ha fijado en las Olimpiadas de Londres y el reinado de la Reina Isabel II. La pared de un bazar ha sido el lugar elegido por Banksy. El grafiti representa a un niño de rasgos asiáticos, descalzo y mal vestido, trabajando ante una máquina de coser en la confección de varias banderas inglesas, que durante estas semanas están decorando las calles de Londres debido al aniversario del jubileo de diamantes de la Reina Isabel II, con motivo de los sesenta años de trono.
Los periódicos británicos no han tardado en realizar sus interpretaciones como una crítica al gasto público que está suponiendo la celebración de ese aniversario, comparándolo con la situación de subdesarrollo que existe en otros países. Al mismo tiempo muchos seguidores del grafitero lo relacionan con el reciente descubrimiento de que los uniformes de los atletas británicos y voluntarios de los juegos, estaban siendo confeccionados por la empresa Adidas en condiciones de explotación en talleres de Indonesia.
Este movimiento artístico para muchos puede significar un acto vandálico. Pero para otros muchos, es un acto de libertad de expresión y espontaneidad que se mezcla en tu día a día para despertarte y hacerte ver aquello que no le interesa mostrar a un determinado sector.
Quizás en la sociedad de hoy en día deberían haber más como Banksy,…