Se realizaron cuatro tipos de PLV, uno de ellos en forma de dispensador, otro destinado a la zona del peso del bebé con tarjetas para el control de peso, otro para la caja donde está expuesto el producto y un último para colgar de la puerta o escaparate. Se apostó por una estrategia de comunicación en dos lugares diferentes: una en los hospitales – centros de salud y la otra en el punto de venta.